En un valle olvidado (Reserva de la Biosfera) de los Ancares Gallegos
—donde la pureza, la biodiversidad y el silencio aún permiten escucharse—
convertimos un camping abandonado en un portal de regeneración.
Custodiamos el entorno potenciando ecosistemas y diseñamos espacios con vida para aprender, crecer y crear en comunidad.
Es un campo vibracional que pulsa regeneración.
La fundación activa un modelo de vida en armonía con la Tierra, donde comunidad, educación, arte y propósito se entrelazan.
Custodiamos un espacio natural vivo con el compromiso de regenerarlo mientras lo compartimos.
Desde este lugar, cultivamos una forma de vivir donde la sostenibilidad no es un concepto, sino una práctica diaria: en cómo nos alimentamos, construimos, criamos, celebramos y cuidamos la Tierra juntos.
Además tejemos economías circulares y cultivamos experiencias que perduran en quienes las viven.
Nació de encuentros, visiones, fuego compartido y tierra trabajada.
Cada persona aquí es una hebra esencial del tejido.
No dirigimos un proyecto: lo encarnamos.
Fundadora del proyecto homónimo, Carmen aporta su sabiduría de 40 años en geobiología, radiestesia, armonización de espacios y salud ambiental.
Su presencia garantiza que cada rincón respire coherencia, belleza y descanso. Camina con los ojos abiertos al campo sutil y a la vibración del entorno.
Su mirada sostiene la comunicación del proyecto: no solo gestiona redes, sino que cuida el relato que tejemos hacia dentro y hacia fuera.
Está presente en cada experiencia, acompañando a las familias a documentar su paso por el campo, pero también participando activamente en los procesos grupales, la logística y la memoria compartida.
José es testigo activo del pulso de la Fundación, y su labor mantiene visible lo que aquí se siembra.
Más de dos décadas caminando la permacultura, la cocina consciente y la facilitación de procesos grupales.
Juan Pablo es quien escucha el campo y lo traduce en acción concreta. Sabe leer lo que hace falta y convocarlo. Guía, organiza y cultiva y cocina desde la misma raíz: la regeneración como forma de vida.
Alma impulsora de la Fundación, Carolina sostiene el pulso de este sueño con presencia profunda. Su forma de liderar es silenciosa, pero transformadora: escucha los ciclos, cuida los procesos humanos y recuerda que este proyecto es ante todo una forma de habitar. Es brújula, semilla y suelo fértil.
No llegamos aquí por currículum. Llegamos por resonancia, y permanecemos por coherencia.
La Fundación no tiene empleados:
tiene células activas en un organismo vivo.
Cada roca, río, bruma y árbol guarda una enseñanza.
Si algo en ti se ha movido, ya estás dentro del campo.
Hay muchas formas de entrar en resonancia con Raíces Conscientes.
Vive unos días con nosotr@s en el territorio. Comparte, aprende y descansa desde lo esencial.
Súmate a quienes sostienen este sueño más allá del evento. Colabora desde tu lugar, tu ritmo, tu energía.
Tu aporte económico, material o logístico nos ayuda a cuidar este espacio y hacerlo accesible para más personas.
A veces lo primero es simplemente decir “hola”. Estamos disponibles. Escuchamos.
Es un lugar que ya te recordaba antes de que llegaras aquí.
Acepto los términos y condiciones proporcionados por la fundación. Al proporcionar mi número de teléfono, acepto recibir mensajes de texto de parte del negocio.
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